martes, 31 de diciembre de 2013

Y pensé en la reforma fiscal

¡Paremos el consumo excesivo de productos industrializados!
¡Paremos la cultura consumista que tan arraigada tenemos!

Consumamos jugos naturales de frutas (aunque en mi opinión este impuesto a las bebidas azucaradas es un pretexto para decir que es una reforma saludable y que nosotros, el pueblo, estemos más concentrados en esas tonterías, como los adictos al azúcar que somos y no notemos todo el demás trasfondo de esta reforma), hagamos nuestros panes o al menos compremos el pan y las galletas que los panaderos de nuestras colonias hacen con tanto esfuerzo y artesanía (esperando que ellos se aviven y no declaren completo para no cargarnos la mano), preparemos nosotros mismos aquellos implementos para higiene y limpieza del hogar (hay muchas recetas en internet). Hagamos comida casera para nuestras mascotitas, ya que el gobierno los considera un lujo, démosles vida de reyes. Adoptemos en vez de comprar. ¿Vas a casa por vacaciones en tu auto y conoces a alguien que necesita transporte a la misma ciudad? Llévalo.

¡Demostremosle a los malos gobernantes que aprobaron esa reforma egoísta que ya nos cansamos de pagarles sus gustitos!

¿Por qué no subieron el impuesto a la compra de joyería de oro, en un país en que hasta las rancherías tienen al menos 2 empeños por cuadra?

Los kerosenos suben, ¿quién los usa? Pues en las zonas rurales este combustible es en porcentaje el segundo más usado en las zonas rurales después de la leña y subirá por el IEPS $12.40 por litro.

NOTA para los borrachines: El impuesto sobre alcoholes  no cambia. Se conservan las tasas de 26.5% y 53%, según la graduación alcohólica de la bebida. A que no sabían cuánto le daban al gobierno por cada tequilita. Esta medida me parece sensata ya que el aumento de este impuesto fomentaría su piratería. Y de igual manera, no permitan que las tiendas de autoservicio les quieran enjaretar estos productos más caros cuando el impuesto no ha cambiado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario